Si Encontramos Un Planeta Habitable, Lo Más Probable Es Que Sea Un Mundo Completamente Cubierto De Agua
Un nuevo modelo estadístico predice que la mayoría de los planetas habitables pueden estar dominados por océanos que abarcan más del 90 % de su superficie. Si esta hipótesis es cierta, sería conveniente asegurarse que los trajes de los futuros exploradores de nuevos mundos sean a prueba de agua.
Fergus Simpson, del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona, ha basado su investigación en la probabilidad bayesiana —que permite razonar con hipótesis, es decir, las proposiciones cuya verdad o falsedad son inciertas— para predecir la división entre tierra y agua en exoplanetas habitables.
Sus resultados se publican en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. Para que una superficie planetaria cuente con extensas áreas tanto de tierra como de agua, debe establecerse un delicado equilibrio entre el volumen de agua que retiene con el tiempo y cuánto espacio tiene para almacenarla en sus cuencas oceánicas.
Ambas cantidades pueden variar sustancialmente en todo el espectro de mundos acuáticos, y por qué los valores de la Tierra están tan bien equilibrados es un enigma no resuelto y de larga data. El modelo de Simpson predice que la mayoría de los planetas habitables están dominados por océanos que abarcan más del 90 % de su superficie.
Sus resultados se publican en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. Para que una superficie planetaria cuente con extensas áreas tanto de tierra como de agua, debe establecerse un delicado equilibrio entre el volumen de agua que retiene con el tiempo y cuánto espacio tiene para almacenarla en sus cuencas oceánicas.
Ambas cantidades pueden variar sustancialmente en todo el espectro de mundos acuáticos, y por qué los valores de la Tierra están tan bien equilibrados es un enigma no resuelto y de larga data. El modelo de Simpson predice que la mayoría de los planetas habitables están dominados por océanos que abarcan más del 90 % de su superficie.
Esta conclusión se alcanza porque la propia Tierra está muy cerca de ser un llamado «mundo acuático» —un mundo donde toda la tierra está sumergida bajo un solo océano—. Los continentes en otros planetas habitables lucharían duramente para emerger sobre el nivel de los océanos. «Un escenario en el que la Tierra tiene menos agua que la mayoría de los otros planetas habitables sería coherente con los resultados de las simulaciones, y podría ayudar a explicar por qué algunos planetas son un poco menos densos de lo que esperábamos», explica Simpson en un comunicado.
En el nuevo trabajo, Simpson encuentra que los océanos finamente equilibrados de la Tierra pueden ser una consecuencia del principio antrópico —más a menudo usado en un contexto cosmológico— que explica cómo nuestras observaciones del Universo están influenciadas por la exigencia de la formación de la vida consciente. «Sobre la base de la cobertura oceánica de la Tierra del 71 %, encontramos evidencia sustancial que apoya la hipótesis de que los efectos de selección antrópica están operando», comenta Simpson.
Civilizaciones enteras podrían yacer bajo las aguas de exoplanetas ubicados en la zona de habitabilidad de su estrella. Para probar el modelo estadístico, Simpson ha tenido en cuenta los mecanismos de retroalimentación, como el ciclo del agua profunda, y los procesos de erosión y deposición.
También propone una aproximación estadística para determinar la disminución de la superficie de tierra habitable para los planetas con océanos más pequeños, ya que cada vez están más dominados por los desiertos. ¿Por qué evolucionamos en este planeta y no en uno de los miles de millones de otros mundos habitables? En este estudio, Simpson sugiere que la respuesta podría estar vinculada a un efecto de selección que implica el equilibrio entre la tierra y el agua. «Nuestra comprensión del desarrollo de la vida puede estar lejos de ser completa, pero no es tan grave como para que debamos adherirnos a la aproximación convencional de que todos los planetas habitables tienen la misma oportunidad de albergar la vida inteligente», concluye Simpson.
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